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Wednesday, April 21, 2010

OBEDIENCIA

PASTOR JC
CENTRO CRISTIANO NUEVA VIDA INTERNACIONAL


Cada cristiano tiene la responsabilidad de averiguar cuál es la voluntad de Dios para él y hacerla.
Con frecuencia nos resulta más fácil hacer algo diferente a la voluntad del Señor, desviándonos así de lo esencial y substituyéndolo con una actividad frenética. Sin embargo “el obedecer es mejor que el sacrificio” (1 Samuel 15:22) “Mi comida es que haga la voluntad del que me envío, y que acabe su obra”, dijo Jesús (Juan 4:34)

Nota: Billy Graham dijo: “Sólo mediante una vida de obediencia a la voz del Espíritu, el negarse diariamente uno mismo, la consagración total a Cristo y la comunión constante con el Señor, podemos llevar una vida piadosa y llena de influencia en el mundo pecador que nos rodea”.

El primer paso hacia la obediencia es comprometernos a obedecer a Dios. Josué dijo: “Ahora, pues, temed a Jehová, y servidle con integridad… pero yo y mi casa, serviremos a Jehová” (Josué 24:14-15). Una decisión consciente de obedecer lleva al sometimiento, al principio de la obediencia. “Os ruego que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo… a Dios, que es vuestro culto racional” (Romanos 12:1)

La segunda etapa es la disciplina, porque la obediencia es progresiva y conduce al crecimiento, al vivir bajo la luz que hemos recibido. Se trata de un proceso de aprendizaje. Jesús “por lo que padeció aprendió la obediencia” (Hebreos 5:8)

Conforme maduramos en Cristo y el conocimiento de Su palabra, Dios espera de nosotros una obediencia cada vez más profunda. Al entender las nuevas exigencias, debemos responder de modo inmediato e irrevocable, con el fin de que el Señor pueda revelarnos niveles todavía más profundos de Su voluntad para nuestra vida. Quiere que estemos siempre “llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo” (2 Corintios 10:5)

Estrategia de Asesoramiento:

1. Una prsona que hace preguntas sobre la voluntad de Dios para su vida y la obediencia a la voluntad del Senor es un cristiano que madura y está interesado en andar más estrechamente con Dios. Felicítenle por su deseo y asegúrenle que Dios está dispuesto a hacerle llegar tan lejos como lo permita su disposición para obedecer a Dios en todo.

2. Dediquen tiempo a escuchar sus preocupaciones y deseos. Quizá sea útil que se refieran a alguno de los aspectos que se desarrollan en los antecedentes, con el fin de darle más ánimos y una buena guía.

3. Inviten a su interlocutor a que se arrepienta de cualquier desobediencia o titubeo. Sólo podemos aspirar a una consagración más profunda si confesamos todos nuestros pecados conocidos.

4. Anímenle a que profundice en la Biblia. No hay atajos en la vida de obediencia. Nuestra mente debe estar siempre dispuesta a descubrir la voluntad del señor. El seguír la disciplina progresiva que se revela mediante la palabra de Dios llevará aparejado el vivir en obediencia al Señor. Debemos tener “hambre y sed de justicia” (Mateo 5:6)

5. Oren con esa persona para que se realice su deseo de obedecer a Dios.

6. Anímenle para que cultive la comunión con cristianos espirituales, en una iglesia en la que se enseñe la Biblia y donde podrá aprender más sobre la voluntad y los caminos de Dios.

Citas Bíblicas:

“Si me amáis, guardad mis mandamientos… El que tiene mis mandamientos y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él” (Juan 14:15,21)

“Pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él” (1 Juan 2:5)

“Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctima, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros” (1 Samuel 15:22)

“He aquí yo pongo hoy delante de vosotros la bendición y la maldición: la bendición, si oyereis los mandamientos de Jehová vuestro Dios, que yo os prescribo hoy, y la maldición, si no oyereis los mandamientos de Jehová vuestro Dios y os apartareis del camino que yo os ordeno hoy, para ir en pos de dioses ajenos que no habéis conocido” (Deuteronomio 11:26-28)

“¿Por qué me llamáis Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?” (Lucas 6:46)

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